miércoles, 8 de julio de 2015

Helado de orquídea

por Ana Luisa Fischer*

    Es probablemente difícil para los occidentales pensar  que un helado puede ser colgado. Imagínese comiendo helado con cuchillo y tenedor. Necesita que se tenga un sentido del gusto muy abierto a experimentar sabores.

  En Kahramanmaraj, Turquía existe un helado que se remonta al 1800. Se verá el helado colgando de una especie de gancho de carnicero y al solicitarlo se lo cortan con un cuchillo. Su textura es como el dulce elaborado con miel que al enfriarse con agua fría  cambia su consistencia. El helado no se derrite. Se lo puede comer en copas, con waffles como sándwiches con el helado en su interior o cucuruchos.


  Si viaja a Turquía debe conocer y probar este famoso helado local llamado Maraş dondurmas  (Helado de Maraş), que se fabrica con leche de cabra y además de azúcar con dos ingredientes muy especiales: sahlep y mastic o mastiqué.

  El sahlep es el agente que lo espesa, haciéndolo pegajoso y firme. La harina de sahlep que se usa se obtiene  de los tubérculos molidos de diferentes orquídeas terrestres que crecen de forma silvestre en la región, entre las más utilizadas Orchis mascula, Anacamptis morio, Orchis militaris, Neotinea ustulata, Anacamptis pyramidalis, Anacamptis coriophora y Orchis italica.



  Se cosechan a fines del verano, lavan e introducen en agua hirviendo lo que les quita el amargor. Se les quita la piel y  ponen a secar al sol o al horno. Su aspecto lechoso se habrá transformado en casi transparente, dejándolos descansar varios días, una vez secos los tubérculos se muelen y  se obtienen una harina color amarillenta.



  Mastic es una resina que se pueda masticar y se obtiene por medio de incisiones o raspaduras en la corteza del Pistacia lentiscus, árbol de la familia de las terebintáceas que se puede encontrar en las zonas costeras de los países mediterráneos

 

  La principal y más reconocida fábrica de este tipo de helados realizados con leche de cabra y shalep es Mado, que tiene su origen en la antigua ciudad de Maraş y actualmente con presencia en distintos países del mundo.



*orquideófila, autora de libros y capacitadora sobre el cultivo de orquídeas.


1 comentario:

  1. Cecilia Castañeda8 de julio de 2015, 22:43

    Ufff, cómo orquideóloga, me duele pensar: cuántas plantas se han perdido tras años para crecer, sólo para dar el gusto a una persona de probar un postre. Mientras habemos otras que pasamos buena parte de nuestras vidas, trabajando para evitar la extinción de las orquídeas.

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