lunes, 30 de noviembre de 2015

Oncidium leucochilum


  Especie distribuida en el sur-este de México, Guatemala y Honduras. Crece en bosques de hojas caducas entre los 1000 y 2000 msnm.  Fue descrita en 1837 en a base de una planta que el comerciante, botánico y explorador escoses, George Skinner, envió desde Guatemala a Europa. 


  Oncidium leucochilum es una orquídea de crecimiento epífito. Posee pseudobulbos ovalados, surcados, estrechándose hacia el ápice, con los bordes comprimidos, que cargar 2-3 hojas apicales. Los pseudobulbos están dispuestos uno pegado al otro, casi de forma superpuesta, de los cuales surge una gran cantidad de finas raíces.


  La inflorescencia es erecta, de 1 a 3 metros de largo, donde las flores se dispersan algo libremente. Posee sépalos y pétalos casi iguales, que son de un color verde brillante, manchado con un tono marrón rojizo. El labelo es trilobado, con lóbulos laterales pequeños y redondeados, el lóbulo medio emarginado y de color blanco. El callo consta de cinco tubérculos de los cuales los dos exteriores son delgadas, los dos internos carnosos y rectos, mientras que el del medio (mucho más grande) se asemeja en la forma del cuerno de un rinoceronte, apuntando hacia la base. Las alas de la columna son grandes y de un color rosa pálido, mientras que la antera es rojiza. Sus flores miden en promedio 3cm y son perfumadas.


  A la hora de cultivar esta especie se debe tener en cuenta de colocarla en un lugar donde tenga siempre moviemiento de aire, que se luminoso, pero que no le de el sol directo en las horas del mediodía. 

  La temperatura promedia en verano 25ºC de máxima y 13ºC de mínima; durante el invierno las medias son 21ºC de máxima y 9ºC de mínima. Las mayores lluvias son desde fines de primavera a mediados de otoño, con 5-6 meses de escasas lluvias, pero la humedad se mantiene elevada gracias a las espesas brumas y rocíos de temporada. En cultivo debe regarselas abundantemente mientras crece el nuevo brote y disminuirselas luego que el nuevo pseudobulbo maduró, aplicando pequeños rocíos de mantenimiento.



  Como a todo Oncidium no gusta de que sus raíces queden con exceso de humedad o encharcadas, por ello es aconsejable cultivarlas montadas en un tronco, aunque esto exigirá riegos más seguidos, sobre todo en el verano para mantenerle una adecuada humedad. Otra opción es cultivarla en canasta, donde se mantendrá algo más de humedad y con pocos riesgos de encharcamiento, salvo que se deje un sustrato muy deteriorado. Si se lo hace en maceta, debe asegurarsele un buen drenaje.


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